Nuestra misión es contribuir a la creación del ordenador cuántico
"Dr. Sadik Hafizovic, CEO y cofundador de Zurich Instruments, filial de Rohde & Schwarz
La computación cuántica, la tecnología de sensores cuántica y la comunicación cuántica son tres tecnologías con un potencial extraordinario. Las cantidades de dinero hablan por sí solas del potencial de innovación que se atribuye a las tecnologías cuánticas. Además de los compromisos globales de conocidos fondos de capital riesgo, también se están dedicando miles de millones de recursos públicos a fondos de investigación nacionales y transnacionales.
El Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania, por ejemplo, ha establecido un fondo para la tecnología cuántica de 2600 millones de euros. La iniciativa Quantum Flagship de la Unión Europea cuenta con un presupuesto de al menos 1000 millones de euros, y en el marco de la Ley de Iniciativa Cuántica estadounidense se ha previsto una dotación de 2000 millones de dólares USA.
Los efectos cuánticos se han convertido en parte integral de nuestra vida cotidiana. Los smartphones modernos, por ejemplo, contienen varios miles de millones de transistores, principalmente en chips de memoria flash. Su función –controlar corrientes y tensiones– se basa en las propiedades mecánicas cuánticas de los semiconductores. La primera generación se beneficia de los efectos cuánticos naturales. Por el contrario, la segunda generación de tecnología cuántica está basada en el establecimiento y el control de estados cuánticos individualizados.
Nuestro mundo se rige por el código binario. Los ordenadores convencionales procesan datos en forma de secuencias de unos y ceros, verdadero o falso, activo o inactivo. Esto es aplicable a todo lo que nos rodea, desde el simple tratamiento de textos hasta la realidad virtual en el metaverso. Pero el mundo en el que vivimos y trabajamos es cada vez más complejo. La cantidad de datos que tenemos que procesar aumenta de forma imparable. El volumen anual de datos generados digitalmente se ha multiplicado por diez entre 2012 y 2020, y se prevé que vuelva a triplicarse hasta 2025. La cantidad de datos pronosticada supera los 180 zettabytes, o, en términos más conocidos, 180 billones de gigabytes.
Por tanto, los ordenadores convencionales se enfrentan a dos obstáculos insalvables: el tiempo y la complejidad. Cuanto mayor es el volumen de datos, más tiempo se necesita para procesarlos secuencialmente. Y cuanto más complejo es el problema, menos probabilidades hay de que el código binario, que solo conoce dos estados, sea capaz de calcular de forma eficiente una solución. Los ordenadores cuánticos tienen el potencial de superar ambos obstáculos gracias a los avances de la física moderna.
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El Instituto Walther Meißner para la investigación a bajas temperaturas (WMI) es un organismo de investigación que pertenece a la Academia de Ciencias y Humanidades de Baviera, y realiza estudios de investigación básica y aplicada en el terreno de la física de baja temperatura y ultrabaja temperatura. La computación cuántica es obviamente una de sus áreas de estudio, y los investigadores confían en las soluciones de test y medida de Rohde & Schwarz y su filial Zurich Instruments para controlar sus sistemas.
Al igual que los bits convencionales, los bits cuánticos (cúbits) forman unidades de memoria de mecánica cuántica. Además de simples ceros y unos, también pueden adoptar estados superpuestos y mixtos. Esta simultaneidad representa un cambio de paradigma fundamental en la tecnología. Ahora es posible ejecutar métodos de cálculo secuenciales convencionales simultáneamente, y este es el motivo por el que un ordenador cuántico puede ahorrar tanto tiempo.
Pero sobre todo, el nuevo modelo de mecánica cuántica nos permite procesar cuestiones nuevas y mucho más complejas. Y no se trata de excluir un camino y decidirse por otro, de optar solo por la potencia de procesamiento convencional o solo por la computación cuántica. Al contrario, lo importante es conciliar las posibilidades de los sistemas existentes y de los cuánticos en función de la tarea que se plantea.
En el mundo cuántico, una partícula puede encontrarse en dos lugares al mismo tiempo. Solamente cuando se observa se puede delimitar su ubicación, por ejemplo mediante medidas. En otras palabras, no tiene una ubicación definitiva hasta que se observa. Esta singular característica es a la vez el motivo por el que es sumamente inestable. En lugar de utilizar cúbits físicos individuales, que pueden dar lugar a muchos errores, se agrupan varios cúbits en un cúbit lógico. Pero la dificultad consiste aquí en que se necesitan sistemas cuánticos con casi un millón de cúbits lógicos para resolver cuestiones prácticas como el plegamiento proteico. Un cúbit lógico puede contener hasta 100 cúbits físicos, pero la capacidad de procesamiento más alta es actualmente de solo 127 cúbits físicos.
Nuestra misión es contribuir a la creación del ordenador cuántico
"Dr. Sadik Hafizovic, CEO y cofundador de Zurich Instruments, filial de Rohde & Schwarz
Zurich Instruments es el miembro más joven de la familia Rohde & Schwarz. El mercado de la instrumentación para la computación cuántica particularmente encierra un enorme potencial para ambas compañías. Para operar y mantener ordenadores cuánticos se requiere una extensa gama de soluciones específicas de test y medida, ya que es necesario generar y medir señales de radiofrecuencia con una precisión extremadamente alta para crear y registrar eficazmente estados cuánticos. Los sistemas de control para ordenadores cuánticos forman parte de la oferta de la compañía.
"Laboratorios de investigación y socios comerciales del sector confían en nuestros sistemas de medida y control para garantizar el perfecto funcionamiento de sus ordenadores cuánticos. Esto nos convierte en un acelerador de la innovación, ya que los investigadores de la tecnología cuántica no tienen que dedicar su valioso tiempo al desarrollo de sus propios instrumentos."
Sadik Hafizovic, CEO y cofundador de Zurich Instruments, filial de Rohde & Schwarz
Los ordenadores cuánticos probablemente romperán las barreras de la eficiencia de procesamiento. Pero esto acarreará también posibles inconvenientes, por ejemplo en lo que a la seguridad en las comunicaciones se refiere. Esta caja de pandora empezó a abrirse a principios de los 90, con la irrupción de los primeros algoritmos capaces de batir a los algoritmos de cifrado convencionales utilizando ordenadores cuánticos de alto rendimiento.
A partir de entonces han ido surgiendo métodos de cifrado alternativos. Básicamente existen dos enfoques principales. El primero es la criptografía postcuántica, que consiste en métodos de cifrado totalmente convencionales con una diferencia esencial: pueden resistir ataques de ordenadores cuánticos sin verse vulnerados. Los algoritmos utilizados para este enfoque se basan en supuestos teóricos para los que no se conocen actualmente ataques efectivos, ni con ordenadores cuánticos ni con los convencionales.
El otro enfoque se basa en la distribución claves cuánticas (QKD, por sus siglas en inglés). La Oficina Federal para la Seguridad en las Tecnologías de la Información (BSI) de Alemania y el Instituto Nacional de estándares y tecnología de EE. UU. (NIST) son dos impulsores fundamentales de la innovación en este campo. En un mundo que avanza a pasos agigantados hacia la digitalización, los clientes del sector privado, y sobre todo los gubernamentales, necesitan soluciones de seguridad informática de confianza. Las redes de comunicaciones seguras se han convertido en una infraestructura crítica en las sociedades avanzadas de la información.
Estas soluciones innovadoras se centran cada vez más en la criptología. Los métodos convencionales, así como los métodos postcuánticos más recientes, se basan en supuestos matemáticos, es decir, la idea de que determinadas tareas no se pueden calcular con eficiencia suficiente. La distribución de claves cuánticas, en cambio, se basa en principios físicos.
Los primeros dispositivos QKD fueron desarrollados primeramente por grupos de trabajo del ámbito de la física, y la preparación para su comercialización se ha extendido durante años. Rohde & Schwarz Cybersecurity participa y contribuye al éxito de numerosos proyectos de investigación con sus amplios conocimientos en soluciones de seguridad y su experiencia en la creación e implementación de dispositivos y sistemas seguros.
Además del desarrollo propiamente dicho de la tecnología, la interacción con los clientes y la participación en grupos de investigación y asociaciones sectoriales son también sumamente importantes. Por eso, Rohde & Schwarz ha intervenido desde un principio en numerosas redes emergentes. Algunas de ellas son: